gJuan 2:11 y sig.

John 4

Capítulo 4

La mujer samaritana

1Por tanto, cuando el Señor a supo que los fariseos habían oído que Él
Lit., Jesús
hacía y bautizaba c más discípulos que Juan
2(aunque Jesús mismo no bautizaba d, sino sus discípulos e), 3salió de Judea f y partió otra vez para Galilea g. 4Y tenía que pasar por Samaria h. 5Llegó*, pues, a una ciudad de Samaria i llamada Sicar, cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José j; 6y allí estaba el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó
Lit., se sentó así
junto al pozo. Era como la hora sexta
I.e., las doce del día
.
7Una mujer de Samaria vino* a sacar agua, y Jesús le dijo*: Dame de beber. 8Pues sus discípulos m habían ido a la ciudad n a comprar alimentos. 9Entonces la mujer samaritana o le dijo*: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? (Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos p.) 10Respondió Jesús y le dijo: Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva q. 11Ella le dijo*: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva r? 12¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo s del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados? 13Respondió Jesús y le dijo: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, 14pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás t, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna u. 15La mujer le dijo*: Señor, dame esa agua, para que no tenga sed v ni venga hasta aquí a sacarla. 16Él le dijo*: Ve, llama a tu marido y ven acá. 17Respondió la mujer y le dijo: No tengo marido. Jesús le dijo*: Bien has dicho: «No tengo marido», 18porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad. 19La mujer le dijo*: Señor, me parece que tú eres profeta w. 20Nuestros padres adoraron x en este monte y, y vosotros decís que en Jerusalén z está el lugar donde se debe adorar. 21Jesús le dijo*: Mujer, créeme; la hora viene aa cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre ab. 22Vosotros adoráis lo que no conocéis ac; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene
Lit., es
de los judíos ae.
23Pero la hora viene, y ahora es af, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu ag y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren. 24Dios es espíritu
O, Dios es un Espíritu
, y los que le adoran deben adorarle en espíritu ai y en verdad.
25La mujer le dijo*: Sé que el Mesías aj viene (el que es llamado Cristo ak); cuando Él venga nos declarará todo. 26Jesús le dijo*: Yo soy al, el que habla contigo.

27En esto llegaron sus discípulos am y se admiraron de que hablara con una mujer, pero ninguno le preguntó: ¿Qué tratas de averiguar? o: ¿Por qué hablas con ella? 28Entonces la mujer dejó su cántaro, fue a la ciudad y dijo* a los hombres: 29Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho an. ¿No será este el Cristo
I.e., el Mesías
,
ap?
30Y salieron de la ciudad e iban a Él. 31Mientras tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí
O, Maestro
,
ar, come.
32Pero Él les dijo: Yo tengo para comer una comida que vosotros no sabéis. 33Los discípulos as entonces se decían entre sí: ¿Le habrá traído alguien de comer? 34Jesús les dijo*: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió at y llevar a cabo su obra au. 35¿No decís vosotros: «Todavía faltan cuatro meses, y después viene la siega»? He aquí, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos que ya están blancos para la siega av. 36Ya el segador recibe salario aw y recoge fruto ax para vida eterna ay, para que el que siembra se regocije juntamente con el que siega. 37Porque en este caso el dicho es verdadero: «Uno es el que siembra y otro el que siega az». 38Yo os envié a segar lo que no habéis trabajado; otros han trabajado y vosotros habéis entrado en su labor.

39Y de aquella ciudad ba, muchos de los samaritanos creyeron en Él por la palabra de la mujer que daba testimonio, diciendo: Él me dijo todo lo que yo he hecho bb. 40De modo que cuando los samaritanos vinieron a Él, le rogaban que se quedara con ellos; y se quedó allí dos días. 41Y muchos más creyeron por su palabra, 42y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho
O, por tus palabras
, porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que este es en verdad el Salvador del mundo bd.

43Después de los dos días be, salió de allí para Galilea. 44Porque Jesús mismo dio testimonio de que a un profeta no se le honra en su propia tierra bf. 45Así que cuando llegó a Galilea, los galileos le recibieron, pues habían visto todo lo que hizo en Jerusalén durante la fiesta bg; porque ellos también habían ido a la fiesta.

Curación del hijo de un oficial del rey

46Entonces vino otra vez a Caná de Galilea bh, donde había convertido el agua en vino bi. Y había allí cierto oficial del rey cuyo hijo estaba enfermo en Capernaúm bj. 47Cuando él oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea bk, fue a su encuentro y le suplicaba que bajara y sanara a su hijo, porque estaba al borde de la muerte. 48Jesús entonces le dijo: Si no veis señales
O, milagros
y prodigios bm, no creeréis.
49El oficial del rey le dijo*: Señor, baja antes de que mi hijo muera. 50Jesús le dijo*: Vete, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo y se fue bn. 51Y mientras bajaba, sus siervos le salieron al encuentro y le dijeron que su hijo
O, muchacho
vivía.
52Entonces les preguntó a qué hora había empezado a mejorar. Y le respondieron: Ayer a la hora séptima
I.e., la una de la tarde
se le quitó
Lit., le dejó
la fiebre.
53El padre entonces se dio cuenta que fue a la hora en que Jesús le dijo: Tu hijo vive. Y creyó él y toda su casa br. 54Esta Lit., Y fue la segunda señal O, un segundo milagro Juan 2:11 que Jesús hizo cuando fue de Judea a Galilea Juan 4:45 y sig. .
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